AIMPLAS ha participado en la investigación del nuevo asfalto gracias al programa europeo LIFE+, a través del proyecto POLYMIX. Sus socios en el proyecto son la Universidad de Cantabria, Acciona Infraestructuras y la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid. Se han utilizado unas 20 toneladas de perchas, tapones, envases y neumáticos para elaborar un innovador asfalto que se ha instalado en un tramo de dos kilómetros en la M-300 de Madrid.
AIMPLAS, en colaboración con Acciona Infraestructuras, la Universidad de Cantabria y la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid, ha logrado obtener una innovadora mezcla asfáltica a partir de residuos plásticos que ya se ha aplicado a lo largo de un tramo de la M-300 en los accesos a Alcalá de Henares.
El tramo de carretera fue inaugurado el septiembre de 2012 por parte de la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. A partir de ese momento se ha estado estudiando el comportamiento de la carretera. Los ensayos realizados en el laboratorio permiten saber que además de los beneficios medioambientales, la nueva mezcla asfáltica posee buenas características técnicas.
Tapones, perchas, envases y neumáticos
El proyecto POLYMIX (LIFE10 ENV/ES/000516), financiado con fondos europeos a través del programa Life+, tiene como objetivo estudiar el comportamiento de mezclas bituminosas modificadas con residuos plásticos. Para ello se ha llevado a cabo la construcción de cuatro tramos de experimentación en la obra de acondicionamiento de los accesos a Alcalá de Henares desde la M-300 implementada por la Comunidad de Madrid. A lo largo de dos kilómetros del trazado se han extendido cuatro tipos de mezclas asfálticas modificadas con diferentes tipos de residuos, concretamente perchas de poliestireno, tapones de polipropileno, envases de polietileno y polvo de caucho procedente de neumáticos fuera de uso.
En los análisis de laboratorio, estas cuatro mezclas han demostrado una serie de ventajas frente a la mezcla asfáltica convencional. En primer lugar la medioambiental, ya que para los dos kilómetros de carretera asfaltada se han valorizado un total de 20 toneladas de residuos con la consiguiente reducción en la utilización de polímeros vírgenes y de la cantidad de residuos plásticos acumulados en vertederos. Además, se ha observado un mejor comportamiento técnico del material frente a las deformaciones plásticas y mejores prestaciones mecánicas, por lo que se trata de un compuesto más duradero que el tradicional que verá reducidas las operaciones de mantenimiento y conservación de la vía.
Periodo de pruebas en la M-300
Durante un año se ha evaluado el comportamiento de los seis centímetros de espesor de la capa de rodadura mediante una serie de ensayos de control de calidad y monitorización realizados por el Centro de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) del Ministerio de Fomento.
En relación con el comportamiento estructural se ha estudiado el deterioro por fatiga, y la posible deformación, los resultados bajo el efecto del agua, la evolución de la elasticidad y la formación de roderas. Mientras que desde el punto de vista funcional, se ha analizado la pérdida de la regularidad a lo largo del trazado, la pérdida de macrotextura y la pérdida de propiedades antideslizantes. Los resultados obtenidos hasta el momento demuestran que este proyecto es una gran iniciativa para aumentar las posibilidades de valorización de los residuos plásticos.